En la parte media del río convive la trucha con los grandes barbos que suben del embalse de Yesa. Estos ciprínidos de largos bigotes se
alimentan en las orillas absorbiendo macroinvertebrados de la superficie de las piedras. Su pesca en superficie con grandes
escarabajos es explosiva, difícil y espectacular. Pueden llegar a alcanzar tamaños cercanos a los 80 cm.